Ambos acordamos que implicar a Scotland Yard demasiado rápido en la resolución de este caso llevaría, sin duda, a dar la voz de alarma entre los maleantes. Deberíamos llevar nuestra investigación de una forma más discreta. Más avanzada la tarde, nos las ingeniaremos para hacerle llegar a Lestrade directrices más claras de lo que debe hacer.
El reloj de la torre del parlamento acababa de marcar la una. Por tanto, según nuestros cálculos, y tomando por buena la información de que el “Roland” desembarcaría esta tarde, contábamos, al menos, con cuatro o cinco horas por delante para adelantarnos a sus planes. Mi amigo comenzó a dar vueltas por el vestuario mientras se abotonaba su propia camisa, ya con sus propios pantalones subidos.


– Si vamos por nuestra cuenta –comenzó Holmes-, debemos decidir bien qué pasos dar. Se me ocurren dos direcciones opuestas entre sí en las que encaminarnos, pero no por antagónicas igualmente útiles las dos.
– Ardo en deseos de escucharle –contesté sincero y proseguí-, el día de hoy está siendo para mí una continua dicotomía.
– La primera alternativa, no es otra que pagarles con la misma moneda. Podríamos visitar al señor Edward en su cercana residencia de Dover Street, ofrecerle nuestras condolencias e informarle de los pocos avances que hemos tenido en la investigación. Así mismo, le expresaremos que hemos dado por concluida la investigación sobre la muerte de su padre y nos despediremos de él con cortesía. Le haremos alguna pregunta y observaremos sus reacciones. Quizá a nosotros la visita pueda aportarnos algo de información que aún no tengamos, pero está claro que lo que le aportará a él será confianza en nuestro desconocimiento de sus actividades ilícitas.

La propuesta de mi amigo tenía sentido, pero era necesario acabar de escuchar qué más se le había ocurrido.
– La segunda alternativa, supone un acercamiento al entorno del almacén. Empezaríamos por cambiar nuestras ropas y visitar algún pub cercano, quizá “The Three Crosses”, o algún colmado de la zona. Como sabrá, la gente que vive por la zona portuaria tiene empleos muy mal pagados y están siempre pendientes de poder ganar un dinero extra con el que alimentar a sus numerosas familias. Pasar un tiempo entre ellos es probable que nos sirva para enterarnos de quién es la gente a la que van a reclutar para el desembarco. La influencia del alcohol siempre hace de estas tabernas un buen lugar para que alguien se vaya de la lengua y nos aporte información que de otra forma tendríamos difícil obtener.
– Holmes –interrumpí-, por lo que veo, todo lo que me propone pasa por que participemos de una representación teatral. Por un lado, representar el papel de ingenuos y tratar de engañar al primogénito para que continúe el desembarco con normalidad. Permítame decir que veo poco probable que un caballero de su clase vaya a irse de la lengua, aunque me parece la opción que entraña menos riesgos para nosotros. Por otro lado, engañar a la gente de los bajos fondos para que nos hagan partícipes del desembarco. Quizá en este ambiente podamos conseguir más información, pero también podríamos conseguir acabar linchados o acuchillados ¿Estoy en lo correcto?
– Watson –contestó-, siempre ha tenido ese don para resumir lo complejo.

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